¿Qué son los antibióticos?
Los antibióticos son medicamentos utilizados para combatir infecciones en personas o animales. Estos fármacos actúan de dos formas: destruyen las bacterias, o bien impiden su crecimiento. Un antibiótico es eficaz específicamente contra un único tipo de bacteria o contra varias bacterias.
El primer antibiótico, la penicilina, fue descubierto por Alexander Fleming en 1928. Su uso a partir de la década de los cuarenta revolucionó la atención médica y redujo de manera drástica la mortalidad causada por enfermedades infecciosas. Actualmente existen más de quince grupos distintos de antibióticos, que se diferencian por su estructura química y por las infecciones y bacterias sobre las que actúan.
¿Por qué es importante hacer un uso adecuado de los antibióticos?
En la actualidad, los antibióticos están perdiendo eficacia a un ritmo alarmante, debido a que el uso inadecuado y excesivo de estos medicamentos provoca que las bacterias se vuelvan resistentes a ellos: las cepas sensibles son destruidas cuando se exponen a los antibióticos, pero las resistentes siguen creciendo y multiplicándose, e incluso pueden diseminarse y causar infecciones a otras personas que no hayan tomado ningún antibiótico.
Es decir, la bacteria se hace insensible al tratamiento, independientemente de que el paciente haya tomado en algún momento estos antibióticos. Por tanto, consumir estos medicamentos incorrectamente representa un riesgo para la salud del enfermo, y también para la población en general, pues dificulta el tratamiento de las infecciones bacterianas -que no responden al tratamiento-, al tiempo que aumenta el riesgo de contagio y de aparición de complicaciones.
Aunque la resistencia a antibióticos puede darse de manera natural, pues la bacteria trata de sobrevivir al efecto del antibiótico modificando su material genético mediante mutaciones, el consumo excesivo de antibióticos acelera la aparición y propagación de bacterias resistentes. Y, cómo la velocidad de aparición de resistencias es mayor que la de nuevos antibióticos, puede suceder que un día no se disponga de ningún fármaco de este tipo para tratar determinadas infecciones.
Así mismo, las infecciones por bacterias resistentes a los antibióticos tardan más en diagnosticarse, lo que origina un retraso en el tratamiento antibiótico adecuado y genera un aumento de la gravedad, mayor duración de la estancia hospitalaria y más riesgo de muerte. A día de hoy, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) calcula que la resistencia a los antibióticos provoca cada año 25.000 muertes. Además, cifra la asistencia sanitaria derivada de esta resistencia en más de 1.500 millones de euros.
Por todo ello, y con el objetivo de potenciar la investigación de nuevos antibióticos, la OMS ha publicado su primera lista de “patógenos prioritarios” resistentes a los antibióticos, que incluye las 12 familias de bacterias más peligrosas para la salud humana y que han adquirido resistencia a un elevado número de antibióticos. Y es que son muchas las autoridades sanitarias que advierten de que si el mal uso de los antibióticos no cesa, es posible que lleguemos a una situación peor que en la época previa a la aparición de la penicilina. De hecho, la resistencia a antibióticos es considerada por las Naciones Unidas como “la mayor amenaza para la medicina moderna”.
10 recomendaciones para consumir antibióticos de manera responsable
1. Nunca te automediques. Puedes estar cometiendo el error de consumir medicamentos totalmente ineficaces para combatir tu infección y, por tanto, estar contribuyendo al aumento de la resistencia de las bacterias patógenas. Además, expones a tu organismo sin necesidad a reacciones alérgicas o efectos secundarios adversos.
2. Recuerda que no son eficaces para curar catarros y gripes. Estas infecciones están causadas normalmente por virus, y los antibióticos sólo actúan contra las bacterias. Tampoco alivian el dolor o la fiebre.
3. No solicites antibióticos al farmacéutico sin que el médico te los haya indicado. No presiones al profesional sanitario para que te dispense estos medicamentos si acudes sin receta a la farmacia ni exijas al médico que te los prescriba, si no los considera necesarios.
4. Tampoco para tus hijos. Si el niño muestra síntomas de alguna infección, llévalo al pediatra, quien te indicará si es necesario administrarle o no un antibiótico. Hacerlo sin que sea necesario puede ser dañino para la salud de tu hijo y hacer más difícil su curación cuando contraiga una infección que de verdad requiera antibióticos
5. Sigue fielmente las instrucciones del doctor cuando tomes antibióticos. Debes respetar y cumplir todas sus pautas, tanto en lo referente a la dosis que debes tomar, como a la duración del tratamiento. Las resistencias de las bacterias a los antibióticos aumentan cuando estos se toman en dosis incorrectas o de forma irregular.
6. Organízate para cumplir el horario al pie de la letra. Antes de empezar, piensa en qué horario te resulta más fácil respetar la frecuencia indicada por tu médico. Por ejemplo, si te prescriben una dosis cada ocho horas, comienza a las 8 de la mañana, toma la siguiente a las 4 y la última, a las 12 de la noche. Si solo es necesaria una dosis al día,tómala siempre a la misma hora.
7. Completa el tratamiento hasta el final. No lo interrumpas, aunque desaparezcan los síntomas de la enfermedad, ya que para que sean efectivos, los antibióticos tienen unos tiempos que hay que respetar.
8. No guardes ni tomes los antibióticos que te sobren después del tratamiento. Si has recibido más dosis de la que te recetaron, no los guardes para tomarlos cuando vuelvas a sentir síntomas. En su lugar, pregunta a tu farmacéutico cómo deshacerte de ellos de manera adecuada.
9. Siempre que sea posible, vacúnate para evitar las infecciones. De esta manera, velas por tu salud, al tiempo que contribuyes a evitar que las bacterias aumenten la resistencia a los antibióticos. Acompaña también a tus hijos o mayores a vacunarse, cuando esté recomendado para ellos.
10. Para tu mascota, también con receta. El veterinario decide su tratamiento y prescribirá el antibiótico solo cuando sea necesario. No le des medicamentos sobrantes que puedas tener en casa. Las bacterias también pueden hacerse resistentes a consecuencia de un mal uso de antibióticos en animales.
Dr. Manuel Escobar, Médico de Cinfa.